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jueves, 18 de noviembre de 2010

NUESTRO SOPORTE FÍSICO ESCUELA DE LA VIDA

Nuestro cuerpo físico solo es la herramienta o vehículo para comprender y aprender el camino de la vida....
La vida física es una aportación que el hombre recibe del Cosmos como soporte de evolución en todos los planos.

El hombre de la Tierra adora aquello que cree superior a él y le da forma humana porque, en el fondo, el hombre adora el propio hombre y adorar es someterse a algo que considera superior, pero como no conoce otra forma más superior que a si mismo, le da forma humana.

La religión necesita de ese soporte humano para poder centrar en él sus aspiraciones. Crea santos, vírgenes y dioses, y les da una forma física para poder tomar una referencia. Necesita que su consciente conforme una imagen física que le referencie con el Todo.

Todas las religiones tienen, como ser supremo al que se dirigen, su forma humana, y esta forma humana también se trasluce en los distintos avatares que han llegado hasta la Tierra: Jesucristo fue llamado el Hijo del Hombre, Buda, Zoroastro, Krishna, todos fueron seres humanos, para poder estar cerca del gran adorador del ser humano, que es el mismo hombre.

Cuando el hombre trascienda de si mismo, entonces no necesitará una forma humana donde reverenciarse y buscará en el aire, en el agua, en las plantas, en los animales y en la propia energía que le rodea, esta referencia, pero principalmente la buscará en su hermano y también en sí mismo, pero no en su cuerpo físico.

En la Naturaleza el hombre tiene todo su camino y sólo tiene que abrir sus ojos para verlo. Desde la roca hasta el éter, tiene toda una escala donde referenciarse y sabrá donde está el principio y hacia donde se dirige y, únicamente, podrá dar cuenta de aquello que conoce.

Conoce la materia en diferentes formas de manifestación, inerte y viva, y empieza a conocer la energía que la anima.

Comprende que entre un ser vivo y otro que no lo está, existen diferencias que son meramente morfológicas o físicas. Le llama alma, le llama espíritu, y en realidad la diferencia existente entre un ser vivo y otro que no lo está empieza por la energía que lo vitaliza; energía altamente especializada que lleva a todas sus células a comportarse de una manera ordenada y correcta, porque el Cosmos, a través de toda su manifestación, permite que una célula pueda en sí misma ser un mundo, un Universo. En una célula está el Todo.

Y en esa especialización a nivel físico del Cosmos, las neuronas tienen un papel preponderante y definitivo en la evolución del ser humano. La más sublime manifestación de la célula es la neurona, porque ella tiene directamente impresa la existencia de su creador. La misión del hombre es descubrir cuál es el programa que tiene impreso.

Para ello, paso a paso, va descubriendo las formas o maneras de acceder a su información.

Diferentes métodos, técnicas que han sido practicadas a lo largo de siglos, permiten descubrir aspecto de la mente humana que antes, cuando el hombre vivía en las cavernas, ni siquiera podía imaginar, y parece como si ahora quisiera negar porque derrumbaría todas sus estructuras, todos los pilares que ha ido construyendo, porque esos pilares son meramente físicos y no trascienden de ahí.

La muerte es el paso de un plano meramente físico a un plano energético.

Durante un breve período de tiempo, breve comparado con la eternidad, sirve al hombre para darse cuenta que hay una forma de realidad distinta, una forma de manifestarse el Cosmos distinta, que a su vez es una referencia para el camino evolutivo del hombre, un descanso espiritual que le hace reflexionar sobre su andadura.

La evolución del hombre viene marcada por altibajos, épocas de esplendor y épocas de miseria.

La época de esplendor se da cuando la cultura y la hermandad entre los hombres se realiza con mucha fluidez. La época de miseria es cuando esta cultura y esta comunicación están en manos de unos pocos. En ese momento, el hombre está dando marcha atrás y el Cosmos pone su freno.

En ese freno, dada la velocidad que lleva el ser humano, hay quien salta y hay quien se queda. Los que trascienden son aquéllos que estaban preparados para saltar en un momento de crisis, dada su categoría de acceso, su vibración.

El hombre está abocado a sufrir cambios: cambios de estructura mental y cambios de estructura física y lo uno acompaña lo otro. Cualquier cambio en la estructura física del hombre viene acompañado por un cambio de estructura mental.

El hombre del mañana tendrá una energía mucho más coordinada y por tanto un cuerpo físico mucho más armónico, más sutíl y más útil. Su mente estará preparada para poder desarrollar cada una de las potencialidades del ser humano, en todos los aspectos. La muerte no será más que un ligero pasa para seguir andando con nueva carga; más ligera porque ese soporte ya no será tan importante.

La comida, el vestido y todas aquellas cosas que el hombre de la Tierra actual necesita y vive para ellas, para el hombre del mañana serán un mero medio al que no prestará demasiada importancia. Prestará mucha más importancia a descubrir aquellos aspectos que hoy ni siquiera puede imaginar y que entonces estarán vislumbrándose.

Su esfuerzo estará dirigido a desarrollar todas sus potencialidades como ser humano. Tardará mucho tiempo, generaciones, para llegar al final de 4.7 convertido en un ser perfecto como ser humano. Perfecto en su mente, perfecto en su energía y perfecto en su físico.

El hombre de la Tierra actual es demasiado denso. Un choque energético cualquiera, pequeño hace desprenderse su espíritu. La muerte es algo cotidiano porque el espíritu es demasiado ligero y sutíl, y entonces su enclave, su unión con el cuerpo físico, es también muy sutíl, porque son de un grado diferente de vibración.

La evolución del hombre hará que este cuerpo físico sea un enclave más sólido para ese cuerpo espiritual, porque ambos estarán más próximos en vibración y entonces la muerte será un fenómeno extraño.

En la medida que el hombre va evolucionando, su nivel de vibración es más armónico en cada uno de sus cuerpos. El astral estará mucho más unido al cuerpo físico. La mente estará más armonizada con el cuerpo astral y con el cuerpo físico será un vehículo perfecto de manifestación del espíritu. Entonces la muerte del cuerpo físico no tendría mucho sentido. Únicamente, cuando ha cumplido su objetivo y es consciente de ello, abandona su soporte físico y adquiere otro; y los tiempos entre una y otra cosa, entre una vida y otra vida, son muy cortos; y los tiempos de utilización de su cuerpo físico son muy largos porque, en ese momento, su consciencia no le hace necesaria la muerte física, tan frecuentemente, como ocurre con el ser humano de la Tierra.

En un plano de superior evolución la muerte físico será como un ligero descanso, como una siesta en el hombre de la Tierra y, además, de alguna manera, provocada conscientemente por el individuo porque sabe que, tanto como en un plano como el otro, sigue estando en comunicación con cuanto le rodea. Es mero cambio de traje, tan cotidiano y no traumatizante.

El camino de la evolución es un camino lento en sus primeras etapas. Lento porque el soporte que utiliza es lento, de todos modos esa lentitud no exime andar.

La consciencia del propio entorno, del propio cuerpo físico y de aquellas emergías que lo mueven, son la base de una evolución más armónica.

Tratemos de ser más conscientes de cuanto nos rodea. Tratemos de ser muy conscientes de cada cosa que hacemos y de cómo podemos estar cada día más armónicos con los que nos rodean, porque ellos serán, durante muchos años y durante muchas vidas, nuestras referencias más directas. No rechacemos a nadie, porque todo aquel que está cerca de nosotros nos está enseñando algo, algo que, si no estuviese, jamás aprenderíamos y necesitamos aprender de todos y de todo.

La humildad nos enseñará como de una simple flor, podemos aprender a vivir de una forma más armónica.

SACADO DE LOS MANUSCRITOS DE GEENOM (II)

EL HOMBRE CÉLULA CÓSMICA

* Una simple explicación de la siguiente Escala Evolutiva. 4.3 a 4.4

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